La influencia de los medios de información nos vino bien para vernos un grupo de amigos.

Telemadrid en su programa Madrid Directo habla, entre otros temas, de restaurantes instalados en la Comunidad, tanto los de comida foránea, como del resto de España, en uno de sus programas apareció el dueño de un conocido restaurante asturiano, Nicolás Parrondo, Casa Parrondo, www.casaparrondo.com, hablando, de una comida, Antroxu, según pesábamos,  un cocido, que se preparaba en Carnaval, luego hemos sabido que, entre otras cosas, es como se denomina en alguno lugares de Asturias a el Carnaval.

Pepe Llorente lanzó la propuesta de visitar el restaurante y Jerónimo Delgado y yo aceptamos, sin conocer que el término Antroxu en una de sus acepciones se aplica a los tragones. En la pagina, www.leyendesasturianes.blogspot.com.es,  podéis leer más sobre el origen de la palabra y sus acepciones.

Hemos estado a degustar este plato, solo los caballeros, menos mal que pedimos dos raciones para tres, si hubiéramos pedido tres es posible que aún estuviéramos sentados comiendo, como muy bien nos indicó el metre, es un plato cien por cien colesterol.

Antes de sentarnos a la mesa nos alimentamos con algo de cultura, de entre las impresionantes posibilidades que ofrece Madrid, a menos de doscientos metros del restaurante está, para mí, las joyas que tiene España, el Monasterio de las Descalzas Reales, en la página de Patrimonio Nacional, www.patrimonionacional.com, podéis ver con detalle esta joya que os sugerimos no dejar de visitar.

Hay que adquirir las entrada, con tiempo, por la web o por teléfono, aunque si estáis cerca pasar y preguntar, suele haber hueco para agregar al grupo una o dos personas más.

La entrada cuesta seis euros y la visita dura una hora, de verdad que merece la pena. La conservación es perfecta y lo más curioso en que la realizan, ellas mismas sin personal del exterior, las veinte monjas que habitan en el convento.

Un palacio del siglo XVI reconvertido en convento que se conserva tal cual desde su construcción, con huerta y naranjos, en el centro de una ciudad con contaminación, siendo además un espacio único para ver cómo era un edificio de los Austrias de los siglos XVI y XVII.

La colección, de tapices, propiedad del convento, son impresionantes, se pueden ver la mitad de dicha colección, están considerados como de los mejores de Europa, teniendo en cuenta que además fue Rubens quien pinto los cartones hace que solo por esto merezca la pena la visita.

Las fotos solo muestra a los Antroxus/tragones, que comimos  menos de la mitad de los que nos sirvieron, y las señoras que seguro que pensaban que estábamos locos.

Cualquier ayuda, para los que leen esta notas sobre Madrid, y sus sitios para visitar estamos a vuestra disposición.

Jerónimo Delgado, Pepe Llorente y Miguel C. Serradilla